Comprender el panorama global permite reconocer que la Política puede ser un factor de cambio

viernes, 10 de junio de 2016

Perú confirma la victoria de Kuczynski

Con todas las actas procesadas, las autoridades electorales peruanas ratificaron la diferencia de Kuczynski sobre Keiko Fujimori por sólo 0,24 por ciento. Hasta el final fue una elección muy ajustada.


                                         Kuczynski saluda a sus partidarios Foto: EFE

   Por Walter Calabrese

El suspenso tuvo en vilo al país hasta los últimos segundos del recuento final de votos, fue la elección más ajustada en cinco décadas. El economista de centroderecha Pedro Pablo Kuczynski se convirtió en el nuevo presidente electo de Perú. El anunció se oficializó cuando la Oficina Nacional de Procesos Electorales (ONPE) confirmó que Kuczynski se impuso con el 50,12 por ciento de los sufragios, frente al 49,88 de Keiko, luego de haberse procesado el 100% de las actas.

A Keiko le queda el consuelo de haber obtenido la mayoría legislativa y de contar un capital político importante para ser oposición.

Después del anuncio de la ONPE, Kuczynski se dirigió a sus seguidores en una sede partidaria anunciando que desea “un país unido, conciliado, listo para dialogar”. Luego prosiguió: “Vamos a trabajar por todos los peruanos, porque hay muchos peruanos que sienten que el tren se les pasó y queremos que todos se suban al tren rápido”.

Su discurso estuvo enmarcado en el llamado a la unidad: “No es una división entre Sur y Norte, entre sierra y costa. Somos un solo país y tenemos que trabajar con muchas opiniones, muchos puntos de vista. Pero el Perú es un país grande y yo me voy a ocupar de estar ahí para que en estos años que se vienen podamos trabajar con todos ustedes, para que en 2021 el Perú sea un país renovado."

La incertidumbre del tramo final de la campaña electoral no repercutió en la economía, los mercados financieros se manejaron en un clima de tranquilidad, puesto que ambos candidatos habían hecho promesas de sostener el modelo de libre mercado, que en los últimos veinte años hizo crecer a Perú en forma sostenida. Claro que ello todavía no ha logrado eliminar las dificultades socioeconómicas de muchos peruanos.

El presidente electo Pedro Pablo Kuczynski es hijo de inmigrantes europeos que supo proyectar una imagen de funcionario eficiente y honesto, algo a lo cual apeló en su campaña para remarcar su experiencia de gestión, al tiempo que proponía reducir impuestos y ampliar el déficit fiscal para generar más recursos para darle impulso al desarrollo de la economía, que depende, en parte, de los recursos mineros. Desde 2013, la caída de los precios mundiales de las materias primas influyó en una cierta ralentización del rumbo de la economía.

Por otra parte, para Keiko Fujimori es la segunda derrota electoral en un ballotage, antes había perdido en 2011 contra Humala. Los factores de la derrota se volvieron a repetir, al final de la campaña perdió la ventaja que llevaba cuando se volvió a instalar la idea en amplios sectores de la sociedad de que con ella volvía la corrupción y la criminalidad, claramente asociadas con el gobierno autoritario de su padre. Esa mochila pesada que lleva con su apellido es demasiado pesada para dejarla en el olvido de muchos ciudadanos peruanos. Sin embargo, en los próximos cinco años de gobierno su partido tendrá una fuerte influencia en el Congreso, ya que obtuvo 73 de los 130 escaños, teniendo así la mayoría absoluta.

En ese contexto, Kuczynski necesitará entablar un diálogo con Fujimori para negociar las iniciativas legislativas que se presenten, de hecho, ya ha dado indicios de que buscará construir espacios para coordinar la comunicación con sus opositores.

Kuczynski asumirá como presidente de Perú el 28 de julio, fecha en que termina el mandato de Humala.




Keiko no pudo convencer a los indecisos

Keiko Fujimori no logró llegar con su discurso a los indecisos. El peso oscuro de su apellido generó temores y rechazo en la ciudadanía que todavía recuerda aquella etapa autoritaria del gobierno de su padre


                                       Keiko no logró seducir al electorado indeciso

     Por Walter Calabrese


La exigua diferencia que inclinó la balanza en favor de Kuczynski, que cambió la historia de las elecciones en el último tramo, tuvo como protagonistas a los indecisos, que según análisis de los encuestadores dejaron de serlo sobre la hora para votar en contra de Keiko.

La hija de Fujimori nunca supo lograr un clima de confianza hacia los indecisos y en quienes hasta una semana antes tenían decidido votar en blanco o amular su voto. Los datos de los sondeos indicaban que sólo el 20 por ciento de los que votaron a Kuczynski era un respaldo genuino basado en atributos como la capacidad técnica de economista internacional y en su postura liberal democrático en las cuestiones institucionales.

El resto del electorado era un conglomerado de electores que conformaban un abanico ideológico amplio, que iba desde la izquierda a la derecha, pero todos unidos contra un apellido que recordaba una de las escenas más negras de la historia de Perú. Con ello, sobrevolaba la idea de que el padre de Keiko fuera liberado si ella ganaba.

Un informe del analista político Alfredo Torres, citó una investigación de la DEA contra el secretario general del partido por lavado de activos, junto a un audio trucado con el que se pretendió desmentir la información. Esto "hizo ver en muchos votantes que algunas prácticas de los años de Alberto Fujimori seguían vigentes" en el partido y en las filas  de Keiko. Ese cimbronazo hizo que los indecisos bajaran de 12 por ciento a 5 en una semana. El pavor ante un nuevo Fujimori en el poder movilizó a la ciudadanía a votar. Tal vez ese voto no era muy pensado ni reflexivo, aún contra sus ideas, se levantaron para votar contra los malos recuerdos que traía el apellido Fujimori. El voto temor se hizo presente en el tramo final de la elección.

No obstante, a Kuczynski le esperan días agitados en el Congreso, pues el fujimorismo tendrá la mayoría. Además, podría encontrase con algunos remezones en las calles, en donde algunos movimientos sociales siguen con sus reclamos sociales. En la habilidad para negociar y dialogar con las distintas fuerzas políticas, el presidente jugará sus mejores cartas para encontrar el equilibrio institucional.