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lunes, 27 de octubre de 2014

Dilma reelecta en un triunfo ajustado

                                                                                            Por Walter Calabrese *

La actual presidenta brasileña, Dilma Rousseff, obtuvo el respaldo en las urnas para seguir en el poder durante cuatro años más. La mandataria de 66 años obtuvo el 51,64 por ciento de los votos (54,5 millones) frente al 48,36 % (51 millones) del candidato de la oposición Aécio Neves, cifras definitivas con el total de las urnas escrutadas.



 Los resultados de la contienda electoral confirman lo que venían anticipando las encuestas, un país dividido en sus preferencias entre respaldar la continuidad del Partido de los Trabajadores (PT) en el poder, asentado en el gobierno desde 2003 de la mano de Lula y, por otra parte, los que buscaban un cambio con Neves, del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB).

En un primer análisis, se puede remarcar que Dilma ganó por una diferencia de más de tres millones de votos, la victoria más ajustada del PT desde que fue electo Lula en 2002. También, se advierten las preferencias de los electores por espacios geográficos: las zonas del nordeste, las más pobres del país, votaron por la actual mandataria, mientras que las regiones más ricas optaron por Neves.

Otro aspecto que merece destacarse para entender cómo se resolvió esta elección es la política social de inclusión que mantuvo y profundizó Dilma luego del éxito alcanzado por Lula, figura que fue decisiva en el último tramo de la campaña para apuntalar ya acompañar a la candidata del PT. El protagonismo de Lula sigue vigente en el corazón del pueblo brasileño, sus discursos convocan multitudes y transportan credibilidad, un atributo decisivo en política.

Los programas sociales implementados desde el gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva permitió que 40 millones de personas salieran de la pobreza y se incorporaran a la clase media en diez años, una de las transformaciones sociales más impactantes del mundo. En ese contexto, hay números que contribuyeron a consolidar el voto del PT, la tasa de desempleo se encuentra en sus mínimos históricos (4,9% en septiembre) y el aumento de la estabilidad salarial de los trabajadores.

A partir de su nuevo mandato que comienza en enero de 2015, Dilma tendrá que maniobrar en un escenario más complejo en el nuevo Congreso y lograr que la economía tome un nuevo impulso, al tiempo que deberá resolver el tema de la inflación, que rondó el 6%, un índice inaceptable para muchos sectores y actores de la producción del país.

                                     Dilma festeja su triunfo con Lula  Foto: AP


La campaña electoral fue áspera en los debates con cruces de acusaciones por supuestos casos de corrupción y falta de ética en la gestión. Tal vez, lo que más se le señaló a Dilma fue su falta de autocrítica en estos temas y en lo referente al inflación.

Otros datos para consignar en la política del coloso brasileño es que se registró un alto ausentismo en las urnas, rompiendo marcas históricas en el voto en blanco y nulos. Esto puede indicar cierto desencanto de una porción del electorado con la política y la gestión de gobierno.

El Partido de los Trabajadores tiene la oportunidad de gobernar por 16 años seguidos hasta 2018 y darle continuidad a la consolidación definitiva de los logros alcanzados en materia social y como actor fundamental en el fortalecimiento del Mercosur y Unasur, También como vocero de una región que ha elegido fortalecer los lazos de hermandad entre los pueblos latinoamericanos.


Informe de Euronews
 


* Lic. en Comunicación Social
     Analista Internacional


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