Shinzo Abe Foto: AFP
Por Walter Calabrese
El primer ministro conservador, Shinzo Abe, alcanzó un importante triunfo en las elecciones parlamentarias anticipadas de la mano del Partido Liberaldemócrata (PLD). Acompañado por Komeito, la coalición partidaria alcanzó los dos tercios en la Cámara de Diputados al obtener 317 escaños. Con estos números, la Cámara Baja estaría postulando la reelección de Abe como primer ministro el próximo 24 de diciembre.
El pueblo japonés le concedió a Abe el apoyo por otros cuatro años para seguir adelante con su programa dirigido a fortalecer la economía y mejorar la postura militar de Japón. Shinzo Abe cuenta ahora con mayor capacidad de maniobra para ejecutar otros proyectos más cuestionados, como el de energía nuclear y la reforma de la Constitución.
Las elecciones favorecieron al PLD, los electores no veían otra alternativa política, puesto que la oposición se presentaba fragmentada y sin peso como para producir cambios. Esto se manifestó en la baja participación en los comicios, que registró un mínimo histórico del 52 por ciento.
En la sociedad todavía está muy fresco el trágico accidente de Fukushima, por ello las encuestas marcan ese sentir, la mayoría desaprueba que se reactive la actividad de los reactores nucleares, desconectados hace cuatro años por aquel incidente. No obstante, Abe tiene la intención de poner en marcha dos reactores en 2015.
Shinzo Abe está en poder desde 2012 y ahora adelantó dos años las elecciones legislativas para buscar respaldo para sus medidas políticas en el gasto público y permitir también la flexibilidad monetaria, que en Japón se llama Abenomics.
El rotundo triunfo en las legislativas le asegura el camino para proseguir como primer ministro y le da crédito para rescatar a Japón del estancamiento y la deflación.
Hasta ahora, la política económica implementada desde 2012 no ha logrado resultados alentadores. La abundante liquidez empujó la devaluación del yen, que en principio mejoró los beneficios de las empresas exportadoras, pero los precios de importación también subieron a la par. La medida terminó perjudicando a los consumidores y a las pequeñas empresas. A esto se sumó en abril el aumento del impuesto al consumo y el crecimiento de la deuda pública, con lo que Japón nuevamente cayó en recesión.
De todas maneras, se le reconoce a Shinzo Abe su cintura política, es un hábil y tenaz conservador con ideas nacionalistas. En su breve campaña, mostró su perfil más agresivo en defensa del revisionismo histórico, un aspecto que molesta a los países vecinos y a al electorado liberal japonés. Es un político incansable que lleva en la sangre la cultura del poder, su padre, Shintaro Abe, fue ministro de Asuntos Exteriores en los gobiernos de Yasuhiro Nakasone en los años 80. El PLD gobernó el país entre 1955 y 2009.
La ciudadanía nipona también sigue con atención las intenciones de Abe en la agenda internacional, en la que pretende restaurar la seguridad de Japón. Otra cuestión que trae resquemores es la anunciada modificación de la Constitución pacifista redactada en la posguerra. Estos movimientos son mirados con preocupación por sus vecinos China y Corea del Sur, con quienes mantiene diferencias por la soberanía de varias islas. Por ello, temen que resurja el nacionalismo belicista nipón, y está claro que el mundo no quiere una vuelta al pasado. La historia de Japón tiene muchas páginas de sangre inocente, ha sufrido en carne propia el martirio atómico.
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