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lunes, 3 de noviembre de 2014

Burkina Faso: la revolución relatada por Twitter

La ciudadanía burkinesa utilizó la plataforma Twitter para amplificar la participación política de los ciudadanos en el momento que había que autoconvocarse para la protesta.


Por Walter Calabrese

El 31de octubre una revuelta popular terminaba con la dimisión del presidente Blaisé Compaoré. Lo significativo del acontecimiento político pasó por el peso que tuvo la plataforma Twitter para amplificar la participación política de los ciudadanos en el momento que había que autoconvocarse para la protesta, al tiempo que advertía a otros para sumarse.

La huella que dejó Twitter en el país no es algo nuevo en el mundo, tal vez resulta impactante como se dio por primera vez en un país africano. Hasta el presidente destituido utilizó la plataforma virtual para dar a conocer lo que haría y hacer declaraciones oficiales, incluso cuando ya se encontraba en el exilio.

Lo que se destaca es el hecho de que los días 30 y 31 de octubre de 2014 quedaron sellados en la historia del país como las jornadas en que la ciudadanía se pronunció a través de una red social para levantarse contra el presidente y lograr su renuncia.

Luego de 27 años en el poder, el pueblo de Burkina Faso salió a las calles de Ouagadougou y de Dioulaso para terminar con el régimen de Campaoré. Los 140 caracteres no produjeron el levantamiento en sí mismo, pero Twitter abrió una vidriera al mundo para que observara lo que allí sucedía.

El hashtag #Burkina fue una de las tendencias más vistas en internet en el mundo virtual durante la mañana del día 1 de noviembre, según datos provenientes de la herramienta TrendsMap.

Podría decirse que la plataforma de microblogging fue un escenario propicio para que las voces de repudio se escucharan luego de varios días de denuncias contra el régimen de Campaoré que pretendía realizar una reforma a la Constitución. En la mañana del 30 de octubre la Assemblée National debía votar la modificación constitucional. En esos mismos momentos los rebeldes atacaron el parlamento y Twitter se recalentaba con los ánimos exasperados de la gente.

A partir de ese instante y durante toda  la mañana, Twitter permitió seguir los movimientos de las revueltas como si fuera un reallity show: mostraron los disturbios en la Assemblée National, el asalto a la televisión pública, el saqueo y destrucción de edificios de la administración, algunas sedes del partido de gobierno y las casas de políticos cercanos al gobierno.  De esa manera, se replicaron las imágenes de los cristales rotos del parlamento, las que mostraban a dos manifestantes eufóricos, uno de ellos con un escudo de los agentes antidisturbios de la policía o la de los ciudadanos sentados en la mesa del telediario de la RTB1, en el momento que dejaba de emitir. En instantes, se viralizó la protesta y los disturbios.

Todos los acontecimientos que se desarrollaron después, tuvieron también su reflejo en Twitter, mostrando todas las aristas de la crisis institucional que vivía la nación. Los tuiteros informaban de la negativa del ejército a hacer frente a los rebeldes, de los movimientos de los líderes de la oposición, sus declaraciones y posicionamientos, de las últimas negociaciones, las idas y vueltas de embajadores y mediadores, del número de víctimas caídas en los enfrentamientos o del clima que se vivía en las calles.

A pesar de todos los movimientos de la ciudadanía, la situación política no logró aclarase ese mismo día. Entre las declaraciones cruzadas de los responsables múltiples del ejército, las de Blaise Compaoré que se negaba a dimitir y buscaba ganar tiempo con la disolución del gobierno y la espera de definiciones por parte de la oposición que reclamaba un cambio definitivo, la audiencia de Twitter, al igual que el resto de los burkineses, termino la jornada en medio de la confusión.

La pregunta que más circulaba a última hora de la noche del 30 era quién gobernaba Burkina Faso. Al otro día los levantamientos fueron más pronunciados y se produjo la noticia tan esperada, el alejamiento de Campaoré del poder.

La primera renuncia presidencial tuiteada

Tal vez lo más impactante que ocurrió en la tuitosfera burkinesa fue, sin duda, la participación del propio presidente destituido por las protestas, Blaise Compaoré. Siendo  ex-presidente tuiteó durante la jornada del jueves algunas palabras para intentar aplacar los ánimos de los ciudadanos que se manifestaban en las calles diciendo que había comprendido las demandas del pueblo, luego disolviendo el gobierno y después al querer establecer una transición comandada por el presidente mismo.

El viernes, cuando entendió que sus propuestas no eran aceptadas por el pueblo culminó su presidencia tuiteando su propia renuncia.

Más tarde, refugiado en Costa de Marfil volvió a los 140 caracteres para presentar su dimisión como un sacrificio en favor de la democracia y de la paz del país, y que perdonaba a quienes lo habían traicionado. Compaoré usó la plataforma de Twitter para desarrollar todo su cinismo y dar una falsa imagen de magnánimo. Todavía la plataforma no tiene un detector de mentiras, si existiera algunos no tendrían un espacio para divulgar sus bajos instintos.

                                                 Informe de Euronews

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