Los resultados agigantaron las aspiraciones
presidenciales de potenciales candidatos del Partido Republicano
Mitch McConell es reelecto
como senador Foto: EFE
Por Walter Calabrese
Los republicanos obtuvieron importantes triunfos en las elecciones de gobernador que realizaron hace dos días en Estados Unidos, mantuvieron el control de estados clave como Florida, Michigan y Ohio y alcanzaron la victoria en estados tradicionalmente demócratas, como Maryland, Massachusetts e Illinois.
Los resultados agigantaron las aspiraciones presidenciales de potenciales candidatos del Partido Republicano, es el caso de Scott Walker, que fue reelegido en Wisconsin. "El pueblo me eligió para hacer el trabajo en Wisconsin", afirmó Walker, que se impuso sobre la empresaria demócrata Mary Burke. Luego agregó: "Vamos a pasar los próximos meses elaborando nuestra agenda legislativa".
Los demócratas reservaban alguna esperanza de que las elecciones para gobernador pudieran traer un contrapeso de poder para trabajar en el Congreso. Sin embargo, los números no estuvieron a favor del partido de Obama y se estima que a partir de ahora las decisiones que deberá tomar el gobierno se concretarán por la vía de los decretos.
En Florida, la contienda electoral estuvo más ajustada. Rick Scott, el gobernador republicano, venció por una mínima diferencia a Charles Crist, un ex del partido devenido en demócrata. Por otra parte, los números de la campaña indican que fue una de las más costosas y agresivas comparadas con otros estados. Los dos candidatos gastaron cerca de 100 millones de dólares en avisos y spot de televisión.
Como consuelo para los demócratas aparece el triunfo en Pennsylvania, en donde el empresario Tom Wolf venció al gobernador republicano Tom Corbett.
Además, los republicanos se impusieron con Asa Hutchinson en Arkansas en una apretada elección.
Con miras a las próximas presidenciales, se empiezan a linear los posibles candidatos republicanos John Kasich, de Ohio, y Rick Snyder, de Michigan, quienes se mantuvieron en sus cargos con amplio margen en los comicios. Otro aspirante es el gobernador Sam Brownback, de Kansas, un condado que esperaban ganar los demócratas.
Los republicanos obtuvieron importantes triunfos en las elecciones de gobernador que realizaron hace dos días en Estados Unidos, mantuvieron el control de estados clave como Florida, Michigan y Ohio y alcanzaron la victoria en estados tradicionalmente demócratas, como Maryland, Massachusetts e Illinois.
Los resultados agigantaron las aspiraciones presidenciales de potenciales candidatos del Partido Republicano, es el caso de Scott Walker, que fue reelegido en Wisconsin. "El pueblo me eligió para hacer el trabajo en Wisconsin", afirmó Walker, que se impuso sobre la empresaria demócrata Mary Burke. Luego agregó: "Vamos a pasar los próximos meses elaborando nuestra agenda legislativa".
Los demócratas reservaban alguna esperanza de que las elecciones para gobernador pudieran traer un contrapeso de poder para trabajar en el Congreso. Sin embargo, los números no estuvieron a favor del partido de Obama y se estima que a partir de ahora las decisiones que deberá tomar el gobierno se concretarán por la vía de los decretos.
En Florida, la contienda electoral estuvo más ajustada. Rick Scott, el gobernador republicano, venció por una mínima diferencia a Charles Crist, un ex del partido devenido en demócrata. Por otra parte, los números de la campaña indican que fue una de las más costosas y agresivas comparadas con otros estados. Los dos candidatos gastaron cerca de 100 millones de dólares en avisos y spot de televisión.
Como consuelo para los demócratas aparece el triunfo en Pennsylvania, en donde el empresario Tom Wolf venció al gobernador republicano Tom Corbett.
Además, los republicanos se impusieron con Asa Hutchinson en Arkansas en una apretada elección.
Con miras a las próximas presidenciales, se empiezan a linear los posibles candidatos republicanos John Kasich, de Ohio, y Rick Snyder, de Michigan, quienes se mantuvieron en sus cargos con amplio margen en los comicios. Otro aspirante es el gobernador Sam Brownback, de Kansas, un condado que esperaban ganar los demócratas.
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