El pueblo copó las calles para respaldar al gobierno Foto: Reuters
Por Walter Calabrese
Tras el intento de golpe de estado que mantuvo al país en alerta durante la noche del viernes y la madrugada de ayer, el saldo es de 194 víctimas entre militares y de civiles. Las autoridades actuaron rápidamente y detuvieron a 2.800 militares, que incluye a cinco generales y 29 coroneles, simultáneamente apartó de sus cargos a dos mil jueces ante la sospecha de su vínculos con el predicador islamista Fethullah Gülen, que fue señalado como el ideólogo del golpe.
La asonada golpista permitió la unidad de los cuatros partidos políticos que tienen representación parlamentaria y le permitió así, unir al gobierno con la oposición. Al mismo tiempo, las autoridades turcas aprovecharon para realizar purgas en el poder judicial, en la Junta Superior de Jueces y Fiscales, de donde se apartó a 2.745 magistrados, mientras que el ministerio de Justicia echó a cinco de los 22 miembros de la propia Judicatura.
Pero la purga no terminó allí, y se vislumbra una caza de brujas aún mayor en otros ministerios y sectores. En este sentido, la policía detuvo en esta jornada a diez jueces del Danistay, que es la máxima autoridad jurídica para contenciosos administrativos y otros 38 magistrados están en la mira y con orden de captura, al tiempo que se emitió una orden de arresto contra 140 jueces del Tribunal Supremo (Yargitay), y se arrestó al juez del Tribunal Constitucional Alparslan Altan.
El intento de golpe movilizó a la ciudadanía a las calles en defensa de la democracia, aunque la unidad que hoy se vive en el Parlamento no a logrado acallar las voces críticas contra el autoritarismos del gobierno de Erdogan.
Luego de las protestas, llegaron las celebraciones después de que los soldados golpistas se alejaron de los tanques sobre el puente del Bósforo y cedieron ante la policía, instancias que fueron transmitidas en vivo por la televisión.
Las verdaderas motivaciones y causas del intento destituyente aún no se han develado, pero Erdogan apuntó sus dardos hacia la red de seguidores del predicado Gülen, que vive desde 1999 en EEUU, en el estado de Pensilvania. El gobierno lo acusa de tener vínculos terroristas y buscar la caída del gobierno turco, por ello ha pedido su extradición a los EEUU. En su exilio, Gülen fue erigiendo un movimiento religioso, político, social y económico que logrado reclutar seguidores en más de 130 países, incluido Turquía.
Se sospecha de que los seguidores de este líder religioso se encuentran infiltrados en la Policía y la Judicatura, incluso se sospecha de que altos mandos militares mantuvieran contactos con el movimiento de Gülen.
Los líderes del mundo mostraron su rechazo al intento golpista, al tiempo que advirtieron que lo sucedido puede darle la excusa a Erdogan para acentuar su perfil represivo en el país. En este sentido, desde Francia manifestaron su preocupación diciendo que “Si el presidente turco ha restablecido completamente la situación, y creo que es el caso, vamos a tener un período de mucha calma pero sin duda también habrá represión”, declaró el jefe del Estado francés, Francois Hollande.
En una misma línea de pensamiento, Merkel afirmó que “Cualquier cambio político debe producirse por la vía democrática, no con tanques en la calle”. Mientras que Obama, convocó a una reunión de su equipo de seguridad nacional y de política exterior para analizar la situación política en Turquía. El presidente norteamericano manifestó que debe apoyarse al gobierno democrático y evitar que prolifere la violencia. El interés por estabilidad de Turquía por parte de EEUU tiene que ver con que es una aliado histórico de la OTAN y un socio estratégico en la batalla contra el grupo radical Estado Islámico (EI) en Siria e Irak. Sin embargo, el gobierno americano ha manifestado en varias oportunidades su preocupación por los rasgos autoritarios del gobierno de Erdogan.
Informe Euronews La gran purga del ejército y judicatura
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